¡FUERZA MANU! TODOS ESTAMOS CON VOS

Como es sabido, los amantes del basquet estamos conmovidos por la lesión que sufrió “su majestad”, quien atraviesa un nuevo golpe en su estupenda trayectoria, lo cual nos llena de bronca.

==¿Alguien se olvido de esta imagen?==
Leyendo la nota del enviado especial de La Nación, Miguel Romano (ver abajo), comencé (desde la sensibilidad) a tratar de imaginar, algo imposible: ¿cómo sentirá Manu con este problema? Triste, impotente, como mínimo, pensé. Y mi conclusión apenas llegó a que necesita sentirse apoyado para salir adelante y volver mejor que nunca. De lo cual no dudo.
Sin embargo, seguí con el dolor de un fanático agradecido de Manu y, se me ocurrió proponerles a todos los que compartimos la admiración por el máximo exponente del deporte argentino, el siguiente juego:
Soñemos, imaginemos que Manu, el responsable de tantas alegrías para nuestro amado deporte, en este momento está frente nuestro, o viendo el blog –aclaré que es un sueño- y nosotros tenemos la posibilidad de darle fuerzas con alguna palabra de aliento, o bien contándole algún recuerdo que pueda reconfortado, o lo que se les ocurra que piensen que puedan levantar su animo.
Por que, no nos olvidemos, que además de ser el mejor del planeta en el juego, es una persona muy sencilla y llena de humildad:
DESDE YA HACEMOS LA PUNTA, CONFIANDO EN QUE ESTAN TAN GOLPEADOS COMO NOSOTROS Y LE DECIMOS: FUERZA MANU, CATAMARCA ESTA CON VOS Y SABEMOS QUE CON TU PROFESIONALISMO Y FUERZA DE VOLUNTAD, SALDRÁS ADELANTE.
Los invitamos a dejar su comentario para Manu

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El fantasma de Manu Ginóbili
En la caída de los Spurs ante Portland, como locales, se notó la ausencia del bahiense, marginado por el resto de la temporada; en el AT&T Center, los hinchas lo recordaron
Miguel Romano Enviado especial
SAN ANTONIO.- Dos horas antes del partido que anoche los Spurs perdieron en el AT&T Center ante Portland (95-83), estuvo junto a sus compañeros Emanuel Ginóbili. No se hizo ver mucho. No estaba de humor como para afrontar las preguntas de los periodistas sobre esta nueva lesión (fractura del peroné derecho) que lo alejó definitivamente de la serie regular y los playoffs. Cualquiera que conozca la pasión con que juega Manu puede entender la situación, la peor de su carrera pues se trata de la primera lesión considerable en su brillante carrera. Jamás el bahiense había sufrido una fractura ni se vio obligado a alejarse tanto tiempo del parquet como en esta triste ocasión.
"No estaba con ganas de hablar", señaló ayer Tom James, el director de prensa de los Spurs. "Manu es irremplazable", decía antes del juego de anoche su sustituto directo en la cancha, Roger Manson. "Esto no debe afectarnos, tenemos un equipo de profesionales que saben superar estas situaciones", era la reflexión del coach Gregg Popovich.
Lo cierto es que a Manu no se lo vio por el estadio y mucho menos sentado de camisa y saco detrás del banco de suplentes, como sí lo hizo Fabricio Oberto, que hasta último momento creyó que jugaba, pero finalmente el técnico prefirió que se vistiera de civil porque la arritmia cardíaca que lo afectó hace dos semanas comenzó a ser tratada con un medicamento que lo seda demasiado para la actividad competitiva.
Ginóbili aparecerá ante la prensa mañana, antes del choque con Utah, en una sesión de atención a la prensa programada con antelación que le será difícil de evitar. Al menos los Spurs anunciaron que atenderá a los periodistas.
"No, no fue enyesado", señaló el mismo Tom James sobre la lesión del argentino. Tampoco los médicos decidieron intervenirlo quirúrgicamente, pero permanecerá en esta ciudad por un tiempo más para continuar con la recuperación, la cuarta que inicia en menos de un año.
Su ausencia se notó anoche en la cancha, por la falta de energía y entrega del equipo. No en las tribunas, claro, donde las camisetas negras o blancas con el número 20 en la espalda fueron mayoría como ocurre desde hace dos o tres años. Incluso fue emocionante que durante un concurso realizado con el publico en el medio de la cancha al promediar el partido con Portland, la participante respondiera, ante una pregunta del locutor sobre cuál es su jugador favorito: ¡Manu!, exclamó. Y el acompañó el juicio de valor con un gran aplauso.
Manu fue el fantasma de anoche en el AT&T Center, estuvo presente, hechizó la escena, pero nadie lo vio, porque él no quiso, o no pudo mostrarse con su pesada carga de impotencia y bronca. Entendible, por cierto.